En Junio del 2018, viajé 1 semana a Santa Marta, Colombia, fueron días extremamente calurosos y de alta humedad, estaba relativamente cerca del Parque Nacional Tayrona y como no puedo quedarme quieta, decidí irme al Terminal de Transporte de Santa Marta un sábado a las 10:00 am, lo que sería un viaje flash al Parque Nacional, impactante, remoto, lejos de la civilización y enigmático...
El parque Nacional Tayrona ubicado a 34Km de Santa Marta, en el departamento de Magdalena, es uno de los Parques Naturales más importantes de Colombia y del mundo (la Unesco lo declaró en 1979, Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad) Es considerado un santuario natural, rico en flora, fauna y restos arqueológicos, que hacen parte de la Sierra Nevada de Santa Marta.
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Entrada al Parque Nacional Tayrona |
Tiene una extensión de 12.000 hectáreas terrestres y 3000 marinas. En la actualidad habitan en sus alrededores, personas de origen mestizo descendientes de los Taironas, quienes fundaron la Ciudad Perdida en el año 800, este destino está pendiente... Entonces, ¿Cómo no sentirse seducida estando tan cerca y no conocerle?
Más que ligera de equipaje, como nunca antes, y con el tiempo a contra reloj, con una toalla, repelente anti zancudos, unas manzanas, frutos secos y zapatos nada apropiados para correr, me lancé a conocer en 1 día y medio al Tayrona, el objetivo era, correr a través de la selva para llegar antes del atardecer, así comencé mi aventura.
A las 14:00 hs comienzo a andar desde el Zaino adentrándome en el bosque, advertida que a las 17:00 hs cerraba el parque y no podría seguir caminando, a esa hora ya tendría que haber llegado a mi destino, Cabo San Juan del Guía, para ver el atardecer, y permanecer una noche allí, frente al mar, mecida plácidamente en una hamaca, ¿Tentador eh?
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Empatía |
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Rampas de madera |
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Majestuosa naturaleza |
El camino en su mayoría transcurre dentro de un bosque nublado húmedo que me hace recordar a las montañas de la Costa Aragüeña en Venezuela, y a ratos bordeando la costa. Hay senderos a disposición de plataformas de madera construidas artesanalmente respetando el crecimiento natural de los árboles, la naturaleza es abrumadora, densa e impecablemente cuidada, de cuando en vez pude ver de cerca un oso hormiguero, roedores, monos Titís, conejos, aves y sentir algunas serpientes.
Hay que tener en cuenta que es un sitio reservado, por lo que hay que disfrutar del silencio, respetar las playas prohibidas para bañarse y convivir esas horas con la Pachamama en su estado más íntegro, espacios por donde caminan a diario cientos de turistas de todas partes del mundo, sentí una especie de conexión entre las personas que apenas nos saludábamos con la mirada para no emitir ni el más mínimo sonido extra-natura.
Justo antes de la puesta del sol, con algunas ampollas en los pies gracias a los zapatos finalmente usados a modo de "cholas" o "pantuflas", pude correr por rocas, extensiones de arena, y bosques, bordeando la inmensidad de la región caribeña colombiana, paradas puntuales para fotografiar las playas de Arrecifes, Cañaveral, Arenilla y La Piscina, todas antes de llegar a Cabo San Juan del Guía.
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Playa Cañaveral, primera en verse del recorrido.
(prohibido bañarse) |
Llegar a Cabo San Juan del Guía fue despojarme del calzado, ropa y empezar a deleitarme ante tanta buena vibra que se siente en esa latitud de mar turquesa y cielo color del fuego, suave reggae en el ambiente, grupos y parejas tendidas en la arena en perfecta conexión con el espectáculo que se venía, y esta pata caliente allí junto a viajeros de todo el mundo, celebrando la puesta del sol y agradeciendo estar viva en el momento preciso, en mi mejor compañía :-)
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Cabo San Juan del Guía |
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Cabo San Juan del Guía |
Para la cena hay variedad de opciones y precios, en un chiringo frente al mar, zumos saludables, cocteles, cervezas, también se pueden cargar los gadgets en una columna repleta de tomas un poco discordantes con el ambiente, hay wifi gratis en la zona del restaurant.
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Cabo San Juan del Guía |
Para dormir en ese hermoso lugar, arrendé una hamaca por 20.000 pesos, cómoda y con mosquitero, soy terrible para conciliar el sueño, más aun durmiendo junto a cientos de almas y sus sonidos, pero dispuesta a disfrutarlo y a relajar mi cuerpo lo suficiente para levantarme el día siguiente a las 5:00 am, regresar antes del medio día a Santa Marta y más tarde a Bogotá.
Todo lo que pasa por nuestras mentes es posible de lograr, solo basta tener buena intención, determinación, decisión y arriesgarse, la vida es un ratico, y a veces las oportunidades no vuelven. Regresaré para conocer la Ciudad Perdida, el Machu Picchu Colombiano.
Respeto las variadas impresiones que van de extremo a extremo, particularmente, sí recomiendo este viaje al Parque Nacional Tayrona, es un increíble mosaico de milagros naturales, en donde cada paisaje y cada capricho de la Madre Naturaleza hacen un equilibrio perfecto con el todo, ser testigo y compartir la presencia de los descendientes de una etnia milenaria, únicos habitantes y cuidadores garantes del parque, unido a las condiciones de mantenimiento, de organización, y del buen comportamiento de miles de turistas del mundo entero, por todo esto con certeza, lo considero como una enseñanza de convivencia y preservación, tenemos mucho que aprender.
Finalizo esta "Escapada al Tayrona", con mi frase de vida, un proverbio vasco que significa, "donde van tus pensamientos, van tus pasos". Donde están tus ganas, donde vuelan tus pensamientos y querencias; allí pones el pie, allá vamos!
Non Gogoa Han Zangoa
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Llegar a tiempo siempre! |
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Siempre lista |
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Campamento en Cabo San Juan del Guía |
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Chiringuito en Cabo San Juan del Guia
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Bosque! |
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Todo en armonia y limpio. |
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Saguinus oedipus
Mono Tití |
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Habitante del sagrado Tayrona preparando una agüita de coco. |
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Playa Cañaveral
Prohibida |
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Chozas típicas |
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El regreso |
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Fin |